LA PERSONALIDAD

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La personalidad

 

 

 

por

Gustavo M. Silva Fernandez

 

 

 

 

 

 

 

E

n mi anterior artículo presenté la clasificación de los trastornos de la personalidad según el DSM-IV (Fierro, 1996). Simplemente recorté textualmente con el objetivo de aportarle al lector aquel conocimiento que para muchos es de gran curiosidad.

En este artículo pretendo acercarnos a una definición de lo que consiste la personalidad, la cual falta para completar el escrito anterior. Veamos entonces de qué se trata la personalidad.

 

 

¿Qué es la personalidad?

 

 

            Según Hall y Lindzey (1979) “la personalidad está definida por los conceptos empíricos particulares que integran la teoría de la personalidad empleada por el observador. La personalidad consiste concretamente en un conjunto de valores o términos descriptivos que, de acuerdo con las variables o las dimensiones fundamentales de una teoría particular, se utilizan para definir a un individuo determinado” (Hall y Lindzey, 1979: 24). Esta es una conclusión a la cual los autores llegan luego de analizar varias teorías de la personalidad, estas resumidamente son: la popular que tiene dos acepciones, la primera la identifican con la habilidad o la destreza social, la segunda considera que la personalidad es inherente a la impresión más intensa o profunda que produce en los demás. Otra teoría es la de Allport (1937) que distingue entre la definición biosocial (que corresponde al uso popular del término pues equivale la personalidad al “valor de estímulo social” del individuo); y la definición biofísica (según la cual la personalidad radica en las características o cualidades del sujeto).

            Otra teoría ―siguiendo el análisis de los mismos autores―, es la miscelánea, que considera a la personalidad como la suma de rasgos fundamentales; otra teoría pone mayor énfasis en la función integradora u organizadora de la personalidad, es decir, la personalidad como aquello que ordena y da coherencia a los diversos tipos de conductas. Otra teoría equipara la personalidad con los aspectos individuales o singulares de la conducta. Y, finalmente, otros teóricos afirman que la personalidad representa la esencia del hombre (Hall y Lindzey, 1979: 21, 22, 23).

            Según Allport (1982), “la personalidad, dejando de lado todo lo demás que pueda ser, constituye la unidad fundamental y concreta de la vida mental que tiene formas categóricamente singulares e individuales” (Allport, 1982: 12).

            Según W. Wolff (1953), la personalidad (del latín, “persona”, máscara), refiere a los rasgos generales de los humanos, en otras palabras, analizar una serie de definiciones, incluida también la de Allport, para concluir diciendo “la personalidad se manifiesta en todos los aspectos que hemos estudiado en capítulos anteriores: factores biológicos, percepción, memoria, aprendizaje, asociación, emoción, imaginación, pensamiento, inteligencia, motivación” (Wolff, 1953: 296). También, aclara que a menudo se confunde el término “personalidad” con el de “carácter”. El primero encierra todos los rasgos del hombre visto desde un punto de vista objetivo y descriptivo, en tanto que el segundo, deriva de la palabra griega “charasso” que significa esculpir y representaría, por tanto, el aspecto moral de la personalidad (Wolff, 1953: 296, 297).

            Según Mandolini Guardo (1967), para el conductismo “el hombre es una máquina montada lista para funcionar. Todos los hombres que nacen sanos tiene posibilidades iguales ―¿y los que no nacen “sanos”?―, las condiciones sociales hacen las diferencias entre los hombres. La personalidad es la suma de actividades factibles de descubrirse mediante una observación real de la conducta. La personalidad no es sino el producto final de nuestro sistema de hábitos” (Guardo, 1967: 292). Para los psicólogos soviéticos la personalidad sería la suma de los rasgos y capacidades de la persona, por desgracia, no se ha encontrado en los psicólogos soviéticos una definición clara acerca de la personalidad (Guardo, 1967: 376).

             El psicoanálisis merecería todo un artículo aparte que explicara la personalidad (se recomienda ver mis artículos de: “Sobre el Ello”, “Sobre el Yo” y “Sobre el Superyó”), debido a la extensión y complejidad que se le ha procurado al tema, así que ―perdónenme los psicoanalíticos― sólo me remitiré a las consideraciones de Guardo.

            Guardo considera que “al ocuparnos del origen del Ello señalamos que Freud empleaba como sinónimos los términos ‘aparato psíquico’ y ‘personalidad’” (Guardo, 1967: 305). Este autor explica que el psicoanálisis, incluido Freud, no se ha preocupado por llegar a una definición de la personalidad, pero considera como aceptada el siguiente postulado: “como la organización dinámica interna de los sistemas psicofisiológicos que aseguran su particular ajuste en el ambiente” (Guardo, 1967: 305).

            Según Lawrence A. Pervin (1979), para el hombre de la calle “el término personalidad es útil para caracterizar, de un modo general, lo que uno piensa con respecto a otro individuo”. En cambio, para el científico o para el estudioso de la personalidad “ese término señala y define un campo de investigación empírica” (Pervin, 1979: 18). “La personalidad puede ser definida estrictamente en términos de la interacción del individuo con sus semejantes, o en los de los roles que una persona adopta y se atribuye a sí misma en su funcionamiento social” (Pervin, 1979: 19).

            Y finalmente, según el Manual de psicología de la personalidad de Alfredo Fierro, la personalidad “hace referencia a la existencia de patrones regulares de conducta y presupone una cierta continuidad en el comportamiento” (Fierro, 1996: 57), es decir, patrones de conductas en el tiempo. La escritora de esta definición es Yolanda Adreu Vaillo.

 

 

 

 

Bibliografía:

 

Allport, Gordon W. (1937) Personality: a phychilogical interpretation.

 

Allport, Gordon W. (1982) ¿Qué es la personalidad? Buenos Aires: Siglo Veinte.

 

Fierro, Alfredo. (1996) Manual de psicología de la personalidad. Buenos Aires: Paidos.

 

Guardo, Mandolina (1967) Introducción general a la psicología contemporánea. Buenos Aires: Ciordia.

 

Hall, Calvin S. y Lindzey, G. (1979) La teoría de la personalidad. Buenos Aires: Paidos.

 

Pervin, Lawrence A. (1979) Personalidad: teoría, diagnóstico e investigación. España: Desclée de Brouwer.

 

Wolff, W. (1953) Introducción a la psicología. México: Fondo de cultura económica.

 

 

 

 

 

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